Los remaches: Uniones seguras de los materiales

Los remaches son piezas de ferretería muy comunes en los trabajos de carpintería. Se componen de dos partes: el tubo cilíndrico o vástago, y una cabeza de un diámetro mayor para encajar el remache en un agujero cuando se introduzca. Los remaches en realidad son un sistema de fijación rápida y segura para unir dos piezas distintas, independientemente de su material.

Una de las ventajas más destacables de los remaches es que pueden usarse en uniones a las que solamente se accede por una de las dos superficies a ensamblar. En Bearcat, empresa especializada desde 1988 en la soldadura de pernos, ingeniería, insertos y remaches, explican los diferentes tipos de remaches y tuercas remachables del mercados.

Los diferentes tipos de remaches

Los tornillos y los remaches tiene la misma finalidad: ensamblar dos elementos. La diferencia entre ellos es que los remaches no se pueden utilizar más de una vez. Pero también tienen otra cosa en común, y es la forma de clasificarlos según la forma de sus cabezas: 

• Alomado: es el más popular gracias a que se le puede dar distintos usos y está disponible en muchos diámetros y longitudes.

• Avellanado: para conseguir un acabado plano sin que sobresalga la cabeza del remache se las piezas ensambladas.

• Ancho: para remachar materiales que  presentan resistencias distintas. Esto es posible a sus dimensiones mayores, que permiten repartir equilibradamente las cargas evitar la deformación de las superficies unidas.

La utilización de los remaches para un ensamblaje

Para hacer un ensamble con remaches hay que usar una herramienta llamada remachadora. En realidad, una remachadora no hace la perforación, sino que realiza fuerza tractora sobre el remache insertándolo en la superficie.

Sirviéndose de un taladro, lo primero que hay que hacer es practicar en las dos piezas los orificios pasantes. Estos agujeros deben ser precisos y perpendiculares para permitir que el remache encaje y evitando que queden holguras, ya que la unión no serían tan firme. 

Después se procede a introducir el tubo cilíndrico de la pieza en la boquilla de la remachadora y se acciona la herramienta varias veces hasta insertar la cabeza del remache en los orificios.

Normalmente, una única remachadora permite la colocación de fijaciones de diversos tamaños y formas. La mayoría de las herramientas disponen de varias boquillas que pueden intercambiarse para alojar remaches de distintas cabezas.